sábado, 27 de abril de 2013



Loma de Marín evoca  “El Boulevard de Chelo” en Loma Larga, nodriza de Las Lomas Emperadoras, Andrés Mata, Estado Sucre, Venezuela; S.A.

……….Desde el Pueblecito de Moscú, ya subiendo a Los Camarucos y Los Algarrobos; hacia el norte Chacaracual, al este Rivilla, al oeste Loma Larga Arriba, Agua Dulce y al sur Espíritu Santo y Loma del Carmen. A unas 6 millas el mar y el muelle de Carúpano.
Qué vista tan hermosa, a cielo abierto nos ofrece El Boulevard de Chelo; allá arriba Las Torres y la neblina en Guanoquito, circundan a Rio Colorado, la hacienda de Pablo y  Juan Guillermo.- Más hacia otro extremo Lechozal, y La Peña alza una mole en su gruta, que casi va tocando el cielo.
Surge un Aya yay CHELO, aya yay Chelo, que en tu interminable faena ibas moliendo la caña, que los muchachos no recuerdan hoy.- Rafaelito de 15, Maritcita de 16 quieren saber de ti Chelo; quieren saber que fue de tu vida que se consumió en la paila, en la masa mayor, en el remillón y en la palanca que daba al caballo que tiraba fuerte en las cabuyas de aquella circunferencia por la que se giraba una, una y otra vez, mientras despuntaba el alba en medio de un radiante sol que iba levantando todas las mañanas los suspiros de Miguel Román.
Tu trapiche no dejaba de moler, la carata daba vueltas y vueltas, mientras se arreaba a la bestia que sacudía su nariz, en señal de fortaleza, y con los cascos en el polvo ejercía la tracción que trituraba la caña e iba cayendo el guarapo, en este tren del delicioso olor del melao, en toda la bajada de Arcadio, donde se exhibía la rocola para bailar la tachuela, los sabanales o los dos pasajes de Lupe y Polo.
En todo el medio quedaba El Trapiche de Chelo, en todo el medio de Loma Larga, en donde hay una especie de chinchorro, que hacía una línea entre Arcadio y el difunto Miguel Román, estaba solo el camino y los burros sacaban el papelón.
Ahora en tu honor CHELO, va este simple homenaje, que en una idea nos sorprendió una madrugada, de esas del sueño profundo y de un despertar supremamente feliz; rumeando en la memoria hacia quien nos llenó siempre de ternura y orgullo, querido Chelo, que te fuiste una mañana llevándote mi raspadura y mi potecito de salmón donde vertías la deliciosa melcocha que me emborrachaba en un frenético amor por ti Chelo.
Ahora está aquí tu BOULEVARD, el Boulevard de Chelo, que se yergue desde Los Camarucos, los Algarrobos y la muy popular y altamente respetada Juana Papa, acá muy al ladito de la plaza; de esta monumental plaza de Loma Larga; desde donde nos extasiamos mirando todo ese paisaje de Bijagual, los copos de los árboles, y allá una brisa marina que impacta nuestra vista a la amada Chuparipal.
EL BOULEVARD DE CHELO, pretensiones de quienes siempre vimos en él el más respetable de los cultores del suelo que hacían brotar la miel, en medio de un ardiente sol o un estruendoso aguacero abriendo uno a uno el hoyo para luego de la menguante o creciente depositar la semilla que entallaba la esperanza en su cogollo y lo jecho, de un mañana que quizá nunca llegó pero, que ahora abre la fe en unos tiempos mejores, que bajo una promesa nos llena el corazón de un rayito de luz en medio de una oscurana que no termina de pasar, y que casi nos tritura en medio del acoso de la incertidumbre y del desasosiego.
“EL BOULEVARD DE CHELO”. Acepta entrañable padre, recordado viejecito de este terruño de Loma Larga, acepta nuestro humilde tributo, ante lo inmensamente rico de tus ejemplos, de tu gallardía y de tu entrega de sol a sol que nos hiciste ver en tu afán al papelón, al melao, la cachaza y el bagazo, que se fundían en el fuego de tu magistral obra de la paila, el punto, la batea, la horma y la paleta que junto a la vela y la cal daban el toque final a cada dulce pieza, delirio de muchos en el atizar del fogón en una mañana del sabroso cafecito o en un medio día de papelón con limón.                                                                                                                             Lap. 19/03/12 
   

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