Loma de Marín
evoca “El Boulevard de Chelo” en Loma
Larga, nodriza de Las Lomas Emperadoras, Andrés Mata, Estado Sucre, Venezuela;
S.A.
……….Desde el
Pueblecito de Moscú, ya subiendo a Los Camarucos y Los Algarrobos; hacia el
norte Chacaracual, al este Rivilla, al oeste Loma Larga Arriba, Agua Dulce y al
sur Espíritu Santo y Loma del Carmen. A unas 6 millas el mar y el muelle de
Carúpano.
Qué vista tan hermosa, a cielo abierto nos ofrece El
Boulevard de Chelo; allá arriba Las Torres y la neblina en Guanoquito,
circundan a Rio Colorado, la hacienda de Pablo y Juan Guillermo.- Más hacia otro extremo
Lechozal, y La Peña alza una mole en su gruta, que casi va tocando el cielo.
Surge un Aya yay CHELO, aya yay Chelo, que en tu
interminable faena ibas moliendo la caña, que los muchachos no recuerdan hoy.-
Rafaelito de 15, Maritcita de 16 quieren saber de ti Chelo; quieren saber que
fue de tu vida que se consumió en la paila, en la masa mayor, en el remillón y
en la palanca que daba al caballo que tiraba fuerte en las cabuyas de aquella
circunferencia por la que se giraba una, una y otra vez, mientras despuntaba el
alba en medio de un radiante sol que iba levantando todas las mañanas los
suspiros de Miguel Román.
Tu trapiche no dejaba de moler, la carata daba vueltas y
vueltas, mientras se arreaba a la bestia que sacudía su nariz, en señal de
fortaleza, y con los cascos en el polvo ejercía la tracción que trituraba la
caña e iba cayendo el guarapo, en este tren del delicioso olor del melao, en
toda la bajada de Arcadio, donde se exhibía la rocola para bailar la tachuela,
los sabanales o los dos pasajes de Lupe y Polo.
En todo el medio quedaba El Trapiche de Chelo, en todo el
medio de Loma Larga, en donde hay una especie de chinchorro, que hacía una
línea entre Arcadio y el difunto Miguel Román, estaba solo el camino y los
burros sacaban el papelón.
Ahora en tu honor CHELO, va este simple homenaje, que en una
idea nos sorprendió una madrugada, de esas del sueño profundo y de un despertar
supremamente feliz; rumeando en la memoria hacia quien nos llenó siempre de
ternura y orgullo, querido Chelo, que te fuiste una mañana llevándote mi
raspadura y mi potecito de salmón donde vertías la deliciosa melcocha que me
emborrachaba en un frenético amor por ti Chelo.
Ahora está aquí tu BOULEVARD, el Boulevard de Chelo, que se
yergue desde Los Camarucos, los Algarrobos y la muy popular y altamente
respetada Juana Papa, acá muy al ladito de la plaza; de esta monumental plaza
de Loma Larga; desde donde nos extasiamos mirando todo ese paisaje de Bijagual,
los copos de los árboles, y allá una brisa marina que impacta nuestra vista a
la amada Chuparipal.
EL BOULEVARD DE CHELO, pretensiones de quienes siempre vimos
en él el más respetable de los cultores del suelo que hacían brotar la miel, en
medio de un ardiente sol o un estruendoso aguacero abriendo uno a uno el hoyo
para luego de la menguante o creciente depositar la semilla que entallaba la
esperanza en su cogollo y lo jecho, de un mañana que quizá nunca llegó pero,
que ahora abre la fe en unos tiempos mejores, que bajo una promesa nos llena el
corazón de un rayito de luz en medio de una oscurana que no termina de pasar, y
que casi nos tritura en medio del acoso de la incertidumbre y del desasosiego.
“EL BOULEVARD DE CHELO”. Acepta entrañable padre, recordado
viejecito de este terruño de Loma Larga, acepta nuestro humilde tributo, ante
lo inmensamente rico de tus ejemplos, de tu gallardía y de tu entrega de sol a
sol que nos hiciste ver en tu afán al papelón, al melao, la cachaza y el bagazo,
que se fundían en el fuego de tu magistral obra de la paila, el punto, la
batea, la horma y la paleta que junto a la vela y la cal daban el toque final a
cada dulce pieza, delirio de muchos en el atizar del fogón en una mañana del
sabroso cafecito o en un medio día de papelón con limón.
Lap. 19/03/12
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